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16 de enero de 2016

¿Es necesaria tanta desigualdad?

16/1/2016
Paul Krugman

Podemos redistribuir una parte de los ingresos de las élites sin entorpecer el progreso

¿Hasta qué punto es necesario que los ricos lo sean tanto? No es una pregunta ociosa. Se podría decir que, en el fondo, de eso trata la política estadounidense. Los progresistas quieren subir los impuestos a las rentas altas y utilizar lo recaudado para reforzar la red de seguridad social; los conservadores quieren hacer lo contrario, y afirman que las políticas que gravan a los ricos perjudican a todos al reducir los incentivos para la creación de riqueza.
Ahora bien, la experiencia reciente no dice mucho en favor de la postura conservadora. El presidente Obama ha sacado adelante una subida considerable de los tipos impositivos más altos y su reforma sanitaria ha supuesto la mayor ampliación del Estado del bienestar desde Lyndon B. Johnson. Los conservadores vaticinaron un seguro desastre, tal como hicieron cuando Bill Clinton subió los impuestos al 1% que más gana. En cambio, Obama ha acabado siendo responsable de la mayor creación de empleo desde la década de 1990. A pesar de ello, ¿existe alguna razón que, a la larga, justifique una gran desigualdad?
No les sorprenderá escuchar que muchos miembros de la élite económica creen que la hay. Tampoco se sorprenderán si les digo que yo no estoy de acuerdo, que creo que la economía puede prosperar con mucha menos concentración de ingresos y riqueza en la cúspide de la pirámide económica. Pero ¿por qué lo creo?
Me parece útil reflexionar sobre ello recurriendo a tres modelos que explicarían el origen de la desigualdad extrema, ya que la economía real toma elementos de los tres.
En primer lugar, una enorme desigualdad podría explicarse porque existan grandes diferencias de productividad entre unos individuos y otros: algunas personas son capaces de hacer una contribución cientos o miles de veces superior a la media. Esta es la opinión plasmada en un ensayo reciente muy citado, del que es autor el inversor en capital riesgo Paul Graham y que goza de gran popularidad en Silicon Valley (es decir, entre personas que ganan cientos o miles de veces más que los trabajadores corrientes).

18 de junio de 2015

Las personas antes que las fronteras

Por:  18 de junio de 2015
Esta entrada ha sido escrita conjuntamente por el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Europa y el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de España sobre la agenda europea de migración
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Los inmigrantes, esencialmente somalíes y eritreos, serán luego transferidos tras ser identificados a los centros de acogida diseminados en toda la península, en Roma, Milán o Nápoles. AFP
Según estimaciones oficiales, más de 1.200 personas han perdido la vida en el Mediterráneo en lo que va de año mientras intentaban alcanzar seguridad en Europa. La Organización Internacional para las Migraciones ha señalado que son cifras nueve veces superiores a las del año pasado para el mismo período. Estas terribles muertes representan las calamitosas consecuencias de las políticas migratorias europeas previas, más preocupadas por medidas de control y seguridad que por maneras de salvar vidas y proteger la dignidad humana.  
Los trágicos naufragios de barcos en abril, incluyendo el del día 19 en el que se ahogaron más de 800 personas, conmocionaron a los europeos y movieron a la Unión Europea a actuar. El 13 de mayo la Comisión Europea publicó un comunicado sobre la nueva agenda europea de migración. Aunque el documento contiene algunas medidas diseñadas para salvar vidas y proteger los derechos humanos de los migrantes, otros aspectos de la misma han levantado las preocupaciones de las organizaciones sociales, incluyendo JRS Europa y SJM.   
Es cierto que la agencia europea de fronteras Frontex ha recibido más dinero y recursos para continuar sus operaciones en el Mediterráneo. El presupuesto y área de intervención equivalen ahora a los de la operación italiana previa de búsqueda y salvamento Mare Nostrum. Podría pensarse que más recursos y un área geográfica más amplia significan que más migrantes serán rescatados en el mar. Sin embargo, aún se está discutiendo si la búsqueda y salvamento caen o no bajo el mandato de Frontex. Incluso el director de la agencia ha dicho que el mandato de Frontex es gestionar las fronteras y no salvar vidas. Estas discusiones entorpecen una operación que podía de lo contrario implementarse de forma rápida y eficaz.

3 de febrero de 2015

La realidad detrás de los datos

1/2/2015
José Juan Ruiz
El problema no es solo la pobreza, sino el tipo de pobreza y dónde vive el que la padece
En 2014, por cuarto año consecutivo, la tasa de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe, aunque todavía positiva, ha sido inferior a la del año precedente: apenas un 1,2% frente al 2,8% de 2013. El precio de las materias primas no energéticas —soja, cobre, hierro…— ha caído en promedio un 7,5% y lo hará al menos en otro 10% en 2015, mientras que el precio del petróleo acumulará una rebaja del 50%. Las innovaciones tecnológicas y su impacto sobre la oferta están en buena medida detrás del fin del superciclo de materias primas, pero la falta de demanda también cuenta, y lo que está ocurriendo en China, una economía a la que por primera vez en 24 años el FMI anticipa un crecimiento en 2015 por debajo del 7%, no ayuda mucho. Para acabar de arreglarlo, la consolidación de la recuperación de EE UU hace cada vez más cercano el momento en el que la Fed suba los tipos de interés y el mundo tenga que enfrentarse a inéditas combinaciones de liquidez, rentabilidad y riesgo.
Dado que históricamente a Latinoamérica sólo le suele ir bien cuando el mundo crece, los precios de las materias primas están altos, los tipos de interés mundiales bajos y la tolerancia al riesgo es elevada, es casi inevitable que a muchos se les esté ocurriendo que es una buena idea declarar solemnemente que la fiesta se ha acabado.

16 de octubre de 2014

¿Una pandemia más mortífera que el ébola?

8/10/2014


Esta entrada ha sido escrita por José María Medina, director de Prosalus.
Captura de pantalla 2014-10-07 a la(s) 09.54.48Foto: MSF.
En los últimos meses hemos visto crecer la preocupación en torno al brote epidémico de ébola en varios países africanos. La alarma internacional ha sido enorme y la información facilitada por los medios ha ido creciendo en intensidad al mismo ritmo que crecía el número de personas afectadas y fallecidas como consecuencia de esta enfermedad. Las organizaciones humanitarias que se han desplazado a colaborar en el terreno con los servicios locales de salud para intentar dar la mejor respuesta posible a esta gravísima situación transmiten una enorme preocupación ante el terrible peligro que hay que afrontar y la gran escasez de medios con que hay que trabajar.
El ébola no es nuevo, es un ya un viejo conocido. Pero este brote nos está zarandeando con mucha intensidad. La OMS habla ya de unos tres mil muertos y varios miles de afectados, pero sin duda deben ser más, pues no es fácil tener buenas estadísticas en muchos de estos países. Y hemos visto cómo algunos compatriotas nuestros que habían dedicado su vida a trabajar en estos lugares, la han visto truncada por esta epidemia. 
En un mundo cada vez más global e interconectado, encontrarnos de golpe con una enfermedad de altísima mortalidad, muy contagiosa, para la que no se han desarrollado hasta el momento tratamientos adecuados ‒solamente algunas iniciativas en fase experimental‒, que podría propagarse y que alcanza a nuestro propio entorno cercano, genera en nosotros un gran temor, incertidumbre, preocupación y alarma.
Este brote epidémico nos está enseñando algunas lecciones muy importantes:

8 de mayo de 2014

“Con la comida que se tira podrían alimentarse 2.000 millones de personas”

25/4/2014

Entrevista a Olivier de Schutter, Relator de la ONU del Derecho a la Alimentación (2008-2014)

El relator de la ONU para la alimentación deja el cargo alertando de que el sistema internacional de producción agroalimentaria no es sostenible por más tiempo, y critica con dureza la liberación a que ha sido sometido este sector.


Olivier de Schutter, profesor de Derechos Humanos en la Universidad de Lovaina (Bélgica), deja su cargo de relator de la ONU por el Derecho a la Alimentación, una responsabilidad que ha ejercido desde 2008. El informe final presentado al término de su mandato a Naciones Unidas en Ginebra el pasado 10 de marzo alerta de que el sistema internacional de producción agroalimentaria no es sostenible por más tiempo y critica con dureza la liberación a que ha sido sometido este sector, que incluso cotiza en las bolsas internacionales. De Schutter reclama un cambio de paradigma en el modelo agroalimentario mundial, pero no sólo por los motivos expuestos sino también porque, a pesar de todos los desmanes que ha implicado dicho modelo, no ha servido siquiera para resolver su principal objetivo: acabar con el hambre en el mundo. El sistema, arguye, se ha basado sólo en la producción de alimentos sin límite, pero sin que el modelo se haya vinculado a políticas de nutrición o sanitarias sino a las meras leyes de la economía de mercado: producción masiva en un mercado desregulado para ofrecer productos baratos en un mercado a gran escala, eso sin contar con el enorme impacto ambiental que este sistema de producción está suponiendo en el mundo y su influencia cada vez mayor en el cambio climático.

20 de enero de 2014

85 ricos suman tanto dinero como 3.570 millones de pobres del mundo

Clara Blanchar - 20/1/2014

El 1% más pudiente de EEUU concentra el 95% del crecimiento tras la crisis, según Oxfam
El 80% de los españoles cree que la ley favorece a los poderosos

La masiva concentración de los recursos económicos en manos de unos pocos abre una brecha que supone una gran amenaza para los sistemas políticos y económicos inclusivos, porque favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría. Así que para luchar contra la pobreza es básico abordar la desigualdad. Esta es la conclusión del informe Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, que publica hoy la ONG Oxfam Intermón.
El estudio parte de datos objetivos de varias instituciones oficiales e informes internacionales que constatan la “excesiva” concentración de la riqueza mundial en pocas manos. Datos como que 85 individuos acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población mundial. O que la mitad de la riqueza está en manos de apenas el 1% de todo el mundo. Eso sin contar, advierte el informe, que una considerable cantidad de esta riqueza está oculta en paraísos fiscales.
El informe de la organización, que será presentado en el Foro Económico Mundial de Davos junto a un clamor para que se adopten compromisos para frenar la desigualdad, advierte de que “las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico, que socava la democracia”.

"Los inversores se han aprovechado de los rescates", afirma el informe
El informe va acompañado de datos que plasman con nitidez el aumento de la concentración de riqueza en pocas manos desde 1980 hasta la actualidad. O cómo la concentración y la brecha siguen aumentando pese a la gran recesión del año 2008. En Estados Unidos, por ejemplo, el 1% más rico de la población ha concentrado el 95% del crecimiento posterior a la crisis financiera. En Europa, los ingresos conjuntos de las 10 personas más ricas superan el coste total de las medidas de estímulo aplicadas en la Unión Europea entre 2008 y 2010 (217.000 millones de euros frente a 200.000).

25 de diciembre de 2013

Un crimen organizado

Olga Rodríguez - 24/12/2013

Otro año más, las máximas fortunas de España aumentan su riqueza, mientras crece el número de pobres y la desigualdad alcanza sus cotas más altas
En el mundo hay suficientes alimentos para todos, pero casi mil millones de personas pasan hambre
En el mundo hay suficiente comida para que todas las personas dispongan de los alimentos necesarios para gozar de una vida sana y productiva. Esta frase es una cita exacta rescatada de la FAO, la Organización para la Alimentación y Agricultura de Naciones Unidas. 

De hecho, según cálculos de la ONU, en la actualidad se producen alimentos para nutrir a 12.000 millones de personas en un planeta habitado por 7.000 millones. Y sin embargo, cerca de 3,1 millones de niños se mueren de hambre cada año y una de cada ocho personas no recibe suficiente comida para estar saludable y poder llevar una vida activa, también según datos de la FAO. 

Además, más de 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar al día, y casi 3.000 millones lo hacen con menos de 2 dólares. Mientras, los ricos son más ricos. Los 100 multimillonarios más adinerados del mundo poseen una fortuna de 2,1 billones de dólares -200.000 millones más que en 2012-, equivalente al 2,9% del PIB mundial.

En España un total de 30 familias se reparte gran parte del capital. Las 100 mayores fortunas de la Bolsa suman 88.735 millones de euros, un 13% más que en 2012. Mientras, la pobreza infantil en nuestro país afecta ya al 26,7% de los menores de 16 años y la pobreza severa se ha duplicado en pocos años, alcanzando ya a 3 millones de españoles.

Las cifras son contudentes: este modelo no funciona. O, dicho de otro modo, solo funciona para satisfacer la voracidad de una minoría. 

El valor máximo del sistema actual es el dinero. Con el beneplácito de gobiernos y organismos internacionales, las corporaciones y multinacionales especulan con lo más básico, los alimentos, decidiendo así quién come y quién no, quién vive y quién muere. 

Casi 1.000 millones de personas pasan hambre en el mundo, mientras se desperdician o se retienen alimentos, mientras se especula con su precio, limitando por tanto el acceso a ellos. 

15 de julio de 2013

Cuando el hambre llama a la puerta

15 julio 2013
Esther Vivas – Consejo Científico de ATTAC España
Llega el verano, acaba el curso escolar, y para cada vez más familias la preocupación ya no es “qué van hacer los niños en las vacaciones”, sino “qué van a comer”. En el Estado español, según indica UNICFEF, el 20% de la población infantil vive por debajo del umbral de la pobreza. El hambre ha dejado de ser patrimonio de los países del Sur, para llamar a nuestra puerta.
En Barcelona, el ayuntamiento detectó, a principios de año, 2.865 menores con deficiencias alimentarias. En Andalucía, el gobierno autonómico ha empezado a repartir desayunos y meriendas a más de 50 mil niños en riesgo de exclusión. En el 2010, un informe de la Fundación Foessa, señalaba que unas 29 mil familias con menores pasaban hambre en el Estado español. Dos años más tarde, ¿cuántos serán los afectados? Sin lugar a dudas, muchos más.
Pero no sólo los datos indican que el hambre infantil va en aumento, sino lo que se vive en numerosos colegios apunta en la misma dirección: pequeños que se desmayan en clase por no haber comido, otros que devoran hambrientos todo el plato en el comedor escolar, los que llevan pan con pan como desayuno. Las historias, tristemente, son interminables. Sólo hace falta preguntar, y escuchar, a quienes trabajan en escuelas de barrios y ciudades, especialmente, golpeadas por la crisis.
La malnutrición es la otra cara del hambre. Según indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria: un 17% de los niños que viven bajo el umbral de la pobreza sufren obesidad, el doble de quienes no tiene dificultades económicas. La crisis convierte los alimentos frescos, fruta, verdura, pescado y carne, en inaccesibles. Y la dieta de quienes menos tienen se deteriora rápidamente. Se compra poco y barato y se come mal.
La espiral de paro, escasez, desahucios y hambre atrapa cada vez a más familias. Y las demandas de ayuda para poder comer, aumentan al mismo ritmo que descienden nuestros derechos y se aplican los recortes. El Gobierno mira para otro lado y las comunidades autónomas, con considerables competencias en la materia, siguen pasando las tijeras. La tan cacareada “marca España” es sinónimo, como recogen recientes artículos en The Times o Le Nouvel Observateur, de pobreza y hambruna infantil.
Las causas del hambre son políticas, ya sea en el Sur o en la puerta de nuestra casa. Los alimentos no pueden ser un negocio en manos de unas pocas empresas. Comer bien implica justicia y democracia en la producción, la distribución y el consumo de alimentos. Mientras la política siga secuestrada por los mercados, la banca, el agrobusiness y tantos otros señores del Capital, ni podremos vivir en paz ni comer bien.
Artículo publicado en Público.es
esthervivas.com
 ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.

28 de mayo de 2013

Lo que no se dice sobre Bangladesh

Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Cuando usted vaya a comprarse una camisa o cualquier producto textil, mire donde está hecho el producto. Verá que la gran mayoría procede de países mal llamados pobres (en realidad tienen grandes cantidades de recursos, por lo general, controlados por intereses financieros y económicos extranjeros) donde los seres humanos que los producen viven y trabajan en condiciones misérrimas. Uno de ellos es Bangladesh. Este país es sumamente rico. Su tierra, extremadamente fértil, puede producir suficiente alimento para poder satisfacer las necesidades nutritivas de una población veinte veces superior a la actual. Y a pesar de ello, la mayoría de la población, y muy en particular la que vive en las zonas rurales (82%), que constituye la mayoría, está malnutrida, con amplios sectores experimentando hambre. En realidad, Bangladesh es considerado, junto con Haití, el país más pobre del mundo, lo cual quiere decir que es el país que tiene un mayor porcentaje de población pobre, a pesar de que los datos muestran que Bangladesh (así como Haití) tiene los recursos para salir de la pobreza (ver “Cólera en Haití”, El Plural, 16.12.12; y “Continúa el escándalo del cólera en Haití” Público, 27.02.13).
No es, pues, la falta de recursos la causa de su pobreza, sino el control de estos recursos. El 16% de los propietarios de tierra controlan el 60% de toda la tierra, la cual cultivan para producir alimento que se exporta a los países llamados “desarrollados”. Esta casta de terratenientes se alía y está al servicio de compañías agropecuarias extranjeras que dirigen la explotación de la tierra (es decir, lo que se produce, cómo se produce y cómo se distribuye).
Esta estructura productiva es la que se reproduce por un sistema político que teóricamente se define como democrático y representativo: tiene incluso pluralidad de partidos políticos y elecciones parlamentarias. Este sistema, sin embargo, está influenciado enormemente por el bloque de poder financiero-económico-político constituido por los grandes terratenientes del sector agrícola, que son los que en realidad gobiernan aquel país. Esta enorme concentración de la propiedad de la tierra crea una enorme pobreza. Y la gran mayoría del alimento que se produce se consume fuera del país.

25 de octubre de 2012

Las lágrimas que oculta la pobreza


Ana Oramas24/10/2012 Ana Oramas
Uno de cada cinco españoles vive bajo el umbral de la pobreza, según datos oficiales de la encuesta de Condiciones de Vida difundida por el Instituto Nacional de Estadística. Un dato que se suma a otro más escalofriante que conocíamos la semana pasada:más de ocho millones de personas recurren en nuestro país a los Servicios Sociales para recibir ayuda.
Cada vez son más las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes como consecuencia de la crisis. El 40% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos y el 44% de los hogares no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Y cada día se incrementa la cifra de quienes no pueden pagar la hipoteca y viven con la angustia de ser desahuciados.
Las cifras de la pobreza van en aumento y, paradójicamente, quienes deben ampararles se apartan de ellos y les dejan a la intemperie con menos apoyos y menos ayudas. El Gobierno del Estado asegura que los Presupuestos de 2013 son los más sociales, pero si ponemos la lupa en cada una de las partidas las cifras indican todo lo contrario.
Quienes viven bajo el umbral de la pobreza son las víctimas con nombres y apellidos de la cruda crisis que vivimos y de los devastadores recortes aplicados para cumplir con un déficit que devora servicios sociales, sanitarios y educativos.
La austeridad mal entendida del Gobierno del PP e impuesta por la troika europea amenaza con aniquilar nuestro país, reventar la esperanza de la gente y provocar un estadillo social que, hasta ahora, no se ha producido por el apoyo familiar y la economía sumergida.

11 de septiembre de 2012

La pobreza extrema se acentúa en España: Una de cada cuatro personas en España roza el umbral de la pobreza


Las malas estadísticas sobre los datos de pobreza en España se repiten entre las organizaciones dedicadas a su estudio. Esta semana le tocó el turno a Eurostat, el organismo encargado de la estadística de la Unión Europea (UE). Según sus datos, España fue el país de la UE donde más aumentó el riesgo de pobreza entre 2009 y 2010 debido a la crisis económica, hasta llegar a afectar al 20,7% de la población. Los nuevos datos provisionales de 2010-2012, agravan la situación hasta rozar el 25,3%.
Hasta 2010, esta cifra sólo la superaban o igualaban  Letonia (21,3%), Rumanía (21,1%) y Bulgaria (20,7%). Actualmente España supera a estos países en índices de pobreza.
A la tasa de pobreza pertenece la población que sobrevive con una renta que supone el 60% de la renta media. En el caso de España, ese porcentaje sube al 25, 5% si se tiene en cuenta el riesgo de exclusión social, que incluye otros indicadores (vivienda, trabajo, etc) aparte de la renta. Son las personas que no pueden mantener en su vida un mínimo de bienestar. Más de 12 millones de españoles viven en la pobreza, cuatrocientos mil más que hace apenas seis meses. Pero lo grave es que las cifras avanzan vertiginosamente, a medida que se siguen produciendo embargos de viviendas, pérdidas de subsidios, etc…
Ciudadanos desempleados de España han sido obligados por la severa crisis que atraviesa el país a buscar comida entre la basura. Sin embargo, no se han derogado los reglamentos municipales que permiten a las autoridades multar hasta con 750 euros a las personas que hurguen en los basureros en busca de comida. Tal es el caso, por citar ejemplos de la Comunidad de Madrid.

13 de julio de 2012

Pobre puede ser cualquiera, o casi


La pérdida del empleo acarrea impagos y pone en el disparadero a millones de personas.
El tobogán de la pobreza se acelera.
No todos tienen apoyo familiar.
“Tener que apañarme en la calle me da vergüenza”

 Cada vez son más. Una muchedumbre silenciosa y a menudo inadvertida. Son las víctimas de la pobreza. Crece en una crisis sin fondo y se instala en una normalidad quebradiza. El paro, que ya lacera a 5,6 millones de personas, es un filo que se estrecha. Las facturas siguen, los subsidios se recortan; se agotan al igual que los ahorros, y el empleo no aparece. El techo peligra. O desaparece.
La casa de los familiares y los pisos compartidos —la calle en el peor de los casos— cobijan las vidas en la estacada, suspendidas en una precariedad que se extiende sin freno y que, si faltan redes de apoyo, como la familia, conduce a la exclusión social. La bajada es cada vez más acelerada, dicen los expertos, un tobogán cuyo descenso gana velocidad y al que se asoma un número creciente de personas. Hay albergues con lista de espera.
España 2012. Más de 5,6 millones de empleos y decenas de miles de techos arrasados por el huracán de la crisis. Más de 300.000 ejecuciones hipotecarias iniciadas en los últimos cinco años, muchas de las cuales han derivado en desahucios —más de 100.000— a los que se suman los motivados por el impago de alquiler. Como el de Juan, el de Carmen... Los números tienen caras detrás y un detonante común: la pérdida de ingresos, el comienzo del tobogán.
“Las torres más altas pueden caer al piso”. Esa es una de las cosas que Carmen ha aprendido en los últimos tiempos. Esta mujer de 40 años era hasta hace uno y medio una empresaria de éxito. En 2005, recién llegada a España desde Estados Unidos, creó con su marido una firma de montajes eléctricos. Hasta 16 empleados llegaron a tener, relata. Tan bien iban las cosas que lograron comprarse un piso en un barrio caro de Madrid, Chamberí. Ahora la mujer almuerza cada día en un comedor social a tiro de piedra del piso que tuvo.
“Paró todo de la noche a la mañana”, reflexiona esta mujer que pide aparecer con otro nombre. La crisis de la construcción se llevó por delante su negocio. Dejó de haber cables que poner en casas o centros comerciales flamantes. “Tuvimos que despedir a los empleados, que eran como de la familia. Les dimos lo que les correspondía y un poco más. Dejamos al día las cuentas con Hacienda, con la Seguridad Social. Quedamos limpio con todos...”. Y sin un euro en el bolsillo.
Más de 5,6 millones de empleos y decenas de miles de techos han sido arrasados por la crisis
Adiós a los tiempos boyantes, cuando amortizaban la hipoteca con reembolsos anticipados y vertiginosos. “En cuatro años habíamos logrado pagar 29 de los 30 años del préstamo”, relata Carmen a la entrada del comedor. Hasta que llegó el hachazo, en marzo pasado: “Nos quedaba un año por pagar, pero el banco se quedó con el piso”, explica Carmen, de origen uruguayo.
La crisis se llevó la empresa, el piso, el bienestar, pero el zarpazo no paró ahí. El hijo de Carmen está ahora en un centro de menores: “Robó para intentar ayudarnos”. El marido sobrevive en una granja, “ordeñando vacas”. Y Carmen duerme en uno de los pocos albergues que en Madrid admiten a mujeres —disponen de un cuarto de las 1.200 plazas, según el Ayuntamiento—. “Al principio crees que te vas a volver loca”, dice esta mujer que sueña con abandonar España para volver a empezar lejos con su familia. “Lo más duro de perder el nivel de vida es no tener un lugar propio, aunque fuera una habitación”, asegura. Así evitaría tener que pasar el día en la calle: el albergue cierra desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. “En mi situación se sufre mucho, pero se aprende mucho. La gente no debe olvidar que, por muy arriba que esté, se puede caer muy abajo. Todos somos seres humanos y esto le puede tocar a cualquiera”, recapitula.
Cualquiera puede ser Juan. Este madrileño de 38 años se ha instalado en un soportal de Chamberí. Su título de Formación Profesional de segundo grado no le sirve para encontrar un trabajo desde que lo perdió en 2008, cuando se encargaba de tareas técnicas en una fábrica de ladrillos. Cobró el paro hasta que se acabó. Luego fallaron las chapuzas. En 2010 perdió el piso que pagaba al banco y se instaló en el asfalto. “No hay albergues suficientes.
Me dicen que me vaya con mi hermano a su casa, pero está hasta el cuello. Va a tener que vender el camión y tiene dos hijos”, explica. Así que él sigue en la calle mientras “tres millones de pisos están vacíos”. Sí, pero la vivienda social escasea, tal como denuncia desde Cáritas España la experta Sonia Olea.
Juan comparte soportal con compañeros como Yésica y Anastasio, ella española de origen argentino, de 28 años; él, griego, de 38. Vinieron en agosto pasado, cuando desesperaron de encontrar empleo en tierras helenas. Traían una oferta de trabajo que resultó no ser tal. Cuando acabaron los ahorros solo quedó la intemperie. Cada día van por turnos —hay que vigilar los enseres— a la biblioteca pública. En los ordenadores, envían currículos y buscan trabajo. “Mando 300 y, con suerte, recibo una respuesta”, detalla Yésica. También cargan allí el móvil: hay que tenerlo listo por si, a través de la llamada, llega la esperanza. Una esperanza que “cada día se pierde más”. Cada día es igual que el anterior, sin futuro. Aunque muchos pobres lleven móvil y se manejen con Internet incluso en los albergues.
Los nuevos pobres se suman
a los veteranos porque ni siquiera
en los tiempos de bonanza
España erradicó la pobreza
Con esas dos armas se enfrenta también un hispanoperuano que elige el alias de Bersix para hablar en el albergue San Martín de Porres, en un barrio del extrarradio madrileño. Desde que perdió el empleo pone anuncios para hacer chapuzas, esas que le salvaron un tiempo. “Cayeron las chapuzas y caí yo”, dice este universitario de 50 años que trata de aprender sueco para emigrar. Como él, en este albergue —con “tres meses de lista de espera” para poder pernoctar en él, según su director, Francisco Rodríguez— el 12% de los acogidos tienen estudios universitarios. Antes de la crisis eran “el 3% o el 4%”, recuerda el director. Y aumenta la proporción de españoles; ya son la mitad. “La gente que viene no está deteriorada. Son hombres de clase media y media baja, preparados para trabajar y que se han quedado sin empleo”, describe Rodríguez. Pero el trabajo, el bálsamo de Fierabrás, no llega. Y la pobreza crece y se cronifica.
“Cada vez hay más gente pasándolas moradas. Si esta crisis aguda dura mucho, las consecuencias pueden ser irreversibles, sobre todo para la gente joven. Una generación se queda fuera”, advierte Pedro Cabrera, experto en pobreza y estructura social en la Universidad de Comillas. Hace un diagnóstico “terrible” de la situación: “Tenemos una fiscalidad regresiva, por austeridad se recortan los servicios sociales, que no estaban medianamente dotados, y encima el mercado de trabajo no da respuesta a millones de personas”.
Así las cosas, los nuevos pobres se suman a los veteranos, porque ni siquiera en los tiempos de bonanza España erradicó la pobreza, que no es monopolio de marginados, aunque genere una enorme exclusión social. “Nunca llegó a bajar del 20% la proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza [perciben menos del 60% de la renta mediana]. Ahora estamos en el 23%”, afirma Cabrera. El paro no es la fuente única de esta situación: también lo son los bajos salarios, que crean trabajadores pobres, matiza. “De cada 100 empleados, 14 son pobres. Es algo que ya ocurría antes de la crisis, pero el fenómeno se ha expandido al sector servicios [el que ofrece más empleo]”. Además, el recorte de las políticas sociales reduce la posibilidad de atenuar los efectos del deterioro económico en los ciudadanos desfavorecidos. “Se ha pasado del silencio de las Administraciones ante las situaciones de vulnerabilidad social al ‘no tenemos dinero”, denuncia Sonia Olea, responsable del programa de vivienda y personas sin hogar de Cáritas España.
Lavinia Mingu y su vecina española en la cola para recoger alimentos en Chamberí lo saben bien. A la primera, que empuja el cochecito de su bebé y está separada con dos niñas, le acaban de denegar la guardería pública para la pequeña. “¿Cómo podré tener trabajo si no tengo dónde dejar a la cría?”, se pregunta. La escasez de servicios públicos es otra dificultad más para salir de la pobreza para esta mujer que carece de subsidios pero no de arrojo. En parecida situación está su compañera, que pide anonimato y tiene tres hijos a su cargo. Ha trabajado en supermercados, aunque desde hace dos años no encuentra dónde. “Intento apañarme, pero es imposible”, dice. Las dos luchan por mantener sus casas, pero sobre ellas pende la amenaza del desahucio por impago. También sobre el de otra española igualmente treintañera en esta fila abundante en carritos de la compra para transportar la comida a casa y de cochecitos de bebé. Tiene dos hijos a su cargo y un empleo de limpiadora tres horas diarias. “No me llega para el alquiler y los gastos de casa. Estoy completamente sola y tan deprimida que a veces no quiero subir a casa”. Hay, también, quien evita dar detalles en este lugar, sobre todo aquellos que acaban de pisarlo por primera vez y son incapaces de superar el sentimiento de vergüenza.
“El tobogán que lleva de ser alguien a no ser nada, a sentirse mobiliario urbano, cada vez es más corto, más rápido”, afirma Olea, experta de Cáritas. Con todo, en esta crisis, como en las anteriores, el colchón familiar es la protección más fuerte. “En muchos casos, quienes soportan la situación son los abuelos”, describe. Abuelos que acogen a hijos y nietos en casa, que tratan de cubrir también las necesidades ajenas con sus propios ingresos.
Españoles e inmigrantes empobrecidos acuden en masa a los servicios de atención de emergencia
Como la madre de Gregorio, un ferrallista “en paro desde hace tres años y sin cobrar desde hace uno”. “Con los 270 euros de pensión de mi madre tenemos que vivir y ayudar a mis sobrinos, de 16 y 11 años”, relata antes de echar cuentas. “Tengo 48 años y empecé a trabajar a los 14. Tenía mi coche, iba al gimnasio. Tenía una vida normal, como cualquier ser humano. Quedarme sin empleo fue un corte radical”.
Gregorio tuvo que acabar por acudir a un comedor social de su barrio de siempre, Vallecas, donde echa una mano a las monjas de la Obra Social Santa María Josefa que lo gestionan. Organiza el acceso y ve cómo se alinean las bolsas con tarteras mientras sus dueños buscan la sombra. Antes de abrir, ya hay más de 40. Las religiosas ofrecen 600 raciones diarias, el doble que hace un año.
Españoles e inmigrantes empobrecidos acuden en masa a los servicios de atención de emergencia, como el reparto de alimentos, los comedores o la ayuda puntual para el pago de alguna factura. La red social y estas ayudas, especialmente de Cáritas y Cruz Roja, registran una demanda creciente. Son claves para intentar evitar la caída definitiva por el tobogán que acaba en la gran exclusión, un descenso impulsado por la pérdida de vivienda. “O pagan el piso, o comen”, describe la hermana Josefina, que regenta el comedor donde echa una mano Gregorio.
“No es que la gente pierda el empleo, deje de pagar la hipoteca o el alquiler y se vea a continuación en la calle, aunque hay casos, pero lo determinante para eso es que se sumen otros factores añadidos, la mochila que tiene cada uno”, dice Olea. Enumera elementos de ese petate: escasa formación, empleo previo poco cualificado, problemas de adicciones o salud mental (en el 60% de los casos), baja autoestima, pobreza o falta de red familiar y social. Este último, el gran colchón, “es cada vez menos mullido”, sobre todo por el individualismo y la falta de convivencia vecinal en las grandes ciudades, pero es aún un gran colchón, apunta Olea.
Pero el perfil de pobre ha cambiado respecto a las crisis anteriores. El título universitario ha dejado de ser un gran escudo y en un país de hipotecados, los ciudadanos tratan de mantener la vivienda a toda costa. Perderla es el último peldaño en una caída para la que muchos carecen red.

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-- Derechos Humanos --

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Hierbas, Plantas, Especias (Medicinales y Culinarias), y alimentos poco sanos

-- Por qué no estalla una Revolución --

"La información ya no tiene relevancia"

Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial. Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención. El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA.

Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia.

Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de continuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia. Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar, ya no queremos hacernos preguntas, solo queremos respuestas rápidas y fáciles. Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas, pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior.

Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde están en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos. Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad. Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa, nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra.

Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual, porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente.

http://economiazero.com/por-que-estalla-una-revolucion/

-- Todo lo que deberías saber sobre el Fracking --

--- La mayor estafa de la historia de España se llama Electricidad ---

-- Plataforma en Defensa de la Libertad de Información --

-- Casos Aislados --

La Ley es todo. Nuestras leyes nos retratan y definen lo que somos en convivencia

La Ley es todo. Nuestras leyes nos retratan y definen lo que somos en convivencia
En el año 1985 un drástico cambio legislativo atribuyó al Parlamento la elección de todos los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)

--- Las empresas del IBEX35 bajo lupa ---

El paro y la precariedad no son problemas individuales, son problemas colectivos

-- Jean Ziegler - Vicepresidente de la ONU --

“No puede ser que en un planeta con los recursos agroalimentarios suficientes para alimentar al doble de la población mundial actual, haya casi una quinta parte de sus habitantes sufriendo infraalimentación”.

“La hambruna ya es una realidad en las banlieues parisinas y el pueblo español también está sufriendo la pobreza, como el resto de Europa”.

Los teóricos del neoliberalismo, “nos han hecho creer que hoy en día la austeridad es la única política posible, pero sólo se aplica a la clase trabajadora y nunca a los banqueros.

El neoliberalismo delictivo, “se cura con política”.

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-- Compromiso de todos --

-- Olivier de Schutter - Relator de la ONU --

“Con la comida que se tira podrían alimentarse 2.000 millones de personas”

”La mitad del cereal producido en el planeta es para satisfacer la demanda de consumo de carne. Hay un sobreconsumo de carne absolutamente insostenible”

http://esmateria.com/2014/04/25/con-la-comida-que-se-tira-podrian-alimentarse-2-000-millones-de-personas/

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-- El beneficio de los alimentos naturales --

*** Parada obligatoria ***